domingo, 5 de julio de 2009



















Lamento de Vincent

A Paul Eluard

En Arlés donde rueda el ródano
En la luz atroz del mediodía
Un hombre de fósforo y de sangre
Lanza un lamento penetrante
Como la mujer que está teniendo un hijo
Y su ropa se pone roja
Y el hombre echa a correr aullando
Perseguido por el sol
Un sol de estridente color amarillo
Hacia el burdel próximo al Ródano
El hombre llega cual rey mago
Con su absurdo presente
Tiene la mirada azul y dulce
La verdadera mirada lúcida y loca
De los que entregan todo a la vida
De los que no son envidiosos
Y muestra a la pobre criatura
La oreja sobre un pañuelo
Y la pobre criatura llora sin comprender
Asaltada por tristes presagios
Y mira sin atreverse a recibirlo
El horrible y tierno molusco
Donde los lamentos del amor muerto
Y las voces inhumanas del arte
Se confunden con los murmullos del mar
Y van a morir sobre el embaldosado
De ese cuarto donde el edredón rojo
De un rojo súbitamente brillante
Mezcla ru rojo muy rojo
A la sangre mucho más roja todavía
De Vincent poco menos que muerto
Y sereno como la imagen misma
De la miseria y del amor
La desvalida criatura desnuda y sin edad
Mira al pobre Vincent
Que fulminado por su propia tormenta
Se desploma sobre las baldosas
Acostado sobre su más bello cuadro
Y la tormenta pasa calma indiferente
Haciendo correr ante ella sus grandes toneles de sangre
La cegadora tormenta del genio de Vincent
Y vincent se queda allí durmiendo soñando agonizando
Y el sol por encima del burdel
Como una naranja loca en un desierto sin nombre
El sol de Arlés
Aullando gira y gira.


Jacques Prévert